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El sonambulismo es un trastorno del sueño que normalmente se supera después de la infancia

19 junio 2020

El sonambulismo es una parasomnia del sueño No REM muy frecuente entre los 3 y 15 años de edad, aunque en un menor porcentaje, le ocurre también a los adultos.

Hasta el momento se desconocen las causas exactas de este trastorno de sueño. En el caso de los infantes se les atribuye a la inmadurez cerebral, sin embargo, cuando ya los episodios se repiten entre la adolescencia y la edad adulta, uno de los principales factores asociados es una inadecuada higiene del sueño.

¡El sonámbulo actúa bajo el más profundo sueño! Se sienta o levanta de la cama, camina, habla de forma incoherente, se viste, come, sale de casa a deambular, o simplemente se incorpora de la cama y se vuelve a acostar. Todo esto con los ojos abiertos en plena inconsciencia.

Cuando estos episodios suceden en la niñez se considera que el sonambulismo es incompleto si  apenas se sienta en la cama, se frota los ojos, mueve las sábanas y casi de inmediato continúa durmiendo normalmente. Y se dice que es completo cuando sale de la habitación y deambula por la casa con los ojos abiertos y el rostro inexpresivo.

Para quienes conviven con un paciente que sufre de sonambulismo este comportamiento recurrente resulta inquietante, ya que no se pueden comunicar con él mientras está en este estado pero deben estar atentos al paciente.

Los episodios, aunque no necesariamente ocurren a diario, suceden durante el sueño profundo en la primera mitad de la noche y duran menos de 10 minutos, aunque en algunos casos pueden transcurrir hasta 30 minutos o un poco más. El sonambulismo puede calificarse como leve o grave, dependiendo de la forma como se manifiesta.

La persona que tiene esta conducta anormal durante el sueño normalmente regresa a la cama por sus propios medios y no recuerda absolutamente nada de lo que hizo cuando despierta normalmente. También puede volver a dormir en otros lugares.

Otra particularidad de este trastorno del sueño es que el paciente, a pesar de estar inconsciente, posee un nivel de alerta que le permite no chocar contra objetos, lo que minimiza el riesgo de sufrir accidentes o lesiones.

Aunque las investigaciones continúan, el 80% del sonambulismo responde al factor hereditario, sin embargo, cuando aparece en la infancia se le atribuye a inmadurez del desarrollo cerebral, por lo cual, normalmente desaparece con la adultez.

Si el sonambulismo permanece después de la niñez puede relacionarse con otros factores como:

  • La privación del sueño
  • Fatiga
  • Estados de ansiedad y el estrés
  • El alcoholismo
  • Determinados fármacos
  • Afecciones neurológicas o trastornos psiquiátricos

 

No obstante, en algunos pacientes adultos el sonambulismo viene acompañado de movimientos vigorosos o violentos que ponen en riesgo su integridad física. De hecho, algunos recuerdan lo que hicieron durante su episodio.

Los especialistas no recomiendan intentar hacer entrar en conciencia al sonámbulo sino esperar que vivan su episodio hasta volver a la cama y hablarle cuando esté despierto. Además es importante ayudarlo adoptar una adecuada higiene del sueño.

Es necesario reducir el estrés con prácticas relajantes como la meditación o el yoga, evitar la ingesta de alcohol, café, té y bebidas energéticas, así como el consumo de medicamentos sin indicación médica. La actividad física intensa al menos 3 horas de acostarse favorece el sueño reparador sin interrupciones.

El sonambulismo no debe confundirse con el insomnio y frente a su recurrencia es necesario acudir con médicos expertos en trastornos del sueño para que aplique el diagnóstico y terapias necesarias.

Si bien el trastorno no tiene cura, sí se puede evitar.  El primer paso es incorporar períodos de descanso nocturno normales dentro de un horario regular, ocho horas diarias, bajo las condiciones más óptimas posibles y en caso de que el sonambulismo se vuelva en un problema para la calidad de vida del paciente, buscar ayuda profesional.

 

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