Algunas personas además del ronquido presentan paradas en la respiración durante el sueño, de duración y frecuencia variables. Es característico en esos pacientes que las apneas se intercalen con los ronquidos.
Siendo el ronquido una reducción u obstrucción parcial de la vía aérea, la Apnea del Sueño se trata de un cierre total (APNEAS) o casi total (HIPOAPNEAS) del calibre de paso del aire en la faringe. En nuestro centro de Panamá, encontrarás especialistas, que pueden ayudarte.
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No se debe confundir una parada cardiorrespiratoria, en la que hay tanto parada cardiaca como respiratoria, con las paradas respiratorias de las apneas, en las que el corazón no deja de latir. Al interrumpirse el paso del aire a los pulmones, con cada apnea hay una reducción transitoria del nivel de oxígeno en sangre. Cuanto mayor es la duración de las paradas y la frecuencia, mayor será la gravedad de la APNEA DEL SUEÑO y mayor será el tiempo que el paciente permanece con la saturación de Oxígeno en sangre por debajo de los niveles normales.
Los pacientes con apnea del sueño por lo general, suelen quejarse de sueño no reparador y excesiva somnolencia diurna. Esto se debe a que con cada APNEA se produce un micro despertar, de una duración tan corta, que no se llega a recordar al día siguiente. Cuanto mayor sea el número de apneas que el paciente realice por cada hora de sueño, más fragmentado será el sueño del paciente y más cansados se sentirán al despertar.
Los pacientes con apnea suelen despertarse con cefalea (dolor de cabeza, que remite tras unas horas) sequedad oral e irritación de garganta. Al sentirse cansados por el día, cansancio que empeora en situaciones sedentarias y monótonas (como conducir) tiene un mayor riesgo de accidente de tráfico (siete veces mayor al de la población normal) o accidente laboral (detrás del 55% de los accidentes laborales existe una alteración del sueño)
Debido a la repercusión de los niveles de oxígeno en sangre, los pacientes que padecen Apnea del sueño tienen un mayor riesgo de patologías cardiacas: Hipertensión Arterial (El 40% de los pacientes con Apnea del sueño también la padecen), aumento del riesgo de enfermedad isquémica (como infarto agudo de miocardio o angina de pecho) y accidentes cerebrovasculares. El riesgo de mortalidad aumenta en los pacientes con apnea del sueño sin tratar.
Por otro lado, la falta de sueño reparador puede producir cambios en el estado de ánimo (irritabilidad, mal humor, depresión, etc.) y alteración en el funcionamiento diario (bajo rendimiento, alteración de la memoria y concentración).
Con la edad aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño. Encontrando el mayor número de pacientes entre los 50-70 años. Se trata de una patología principalmente dada en varones (2.5 veces superior a las mujeres), aunque tras la menopausia, aumenta la presencia de esta en las mujeres.
Para poder diagnosticar la patología, la prueba de mayor fiabilidad es la POLISOMNOGRAFÍA, se debe realizar pasando una noche en un laboratorio de sueño, para monitorizar la función respiratoria durante el sueño (nivel de oxígeno en sangre, movimientos respiratorios, flujo de entrada y salida del aire), función cardiológica del sueño y calidad del sueño, entre otros valores. Sin esta prueba no se puede descartar la presencia de la apnea del sueño.
En conclusión: Son muchas las alternativas terapéuticas para el tratamiento de la Apnea del Sueño, habrá que evaluar mediante un especialista cada caso de forma individualizada, sopesando siempre los pros y contras de cada tratamiento en cada caso.