¿Cómo saber si sufro de apnea del sueño?
No se debe confundir una parada cardiorrespiratoria, en la que hay tanto parada cardiaca como respiratoria, con las paradas respiratorias de las apneas, en las que el corazón no deja de latir. Al interrumpirse el paso del aire a los pulmones, con cada apnea hay una reducción transitoria del nivel de oxígeno en sangre. Cuanto mayor es la duración de las paradas y la frecuencia, mayor será la gravedad de la APNEA DEL SUEÑO y mayor será el tiempo que el paciente permanece con la saturación de Oxígeno en sangre por debajo de los niveles normales.
Síntomas de las apneas nocturnas
- Los pacientes con apnea del sueño por lo general, suelen quejarse de sueño no reparador y excesiva somnolencia diurna. Esto se debe a que con cada APNEA se produce un micro despertar, de una duración tan corta, que no se llega a recordar al día siguiente. Cuanto mayor sea el número de apneas que el paciente realice por cada hora de sueño, más fragmentado será el sueño del paciente y más cansados se sentirán al despertar.
- Los pacientes con apnea suelen despertarse con cefalea (dolor de cabeza, que remite tras unas horas) sequedad oral e irritación de garganta. Al sentirse cansados por el día, cansancio que empeora en situaciones sedentarias y monótonas (como conducir) tiene un mayor riesgo de accidente de tráfico (siete veces mayor al de la población normal) o accidente laboral (detrás del 55% de los accidentes laborales existe una alteración del sueño).
- Debido a la repercusión de los niveles de oxígeno en sangre, los pacientes que padecen Apnea del sueño tienen un mayor riesgo de patologías cardiacas: Hipertensión Arterial (El 40% de los pacientes con Apnea del sueño también la padecen), aumento del riesgo de enfermedad isquémica (como infarto agudo de miocardio o angina de pecho) y accidentes cerebrovasculares. El riesgo de mortalidad aumenta en los pacientes con apnea del sueño sin tratar.
- Por otro lado, la falta de sueño reparador puede producir cambios en el estado de ánimo (irritabilidad, mal humor, depresión, etc.) y alteración en el funcionamiento diario (bajo rendimiento, alteración de la memoria y concentración).
- Con la edad aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño. Encontrando el mayor número de pacientes entre los 50-70 años. Se trata de una patología principalmente dada en varones (2.5 veces superior a las mujeres), aunque tras la menopausia, aumenta la presencia de esta en las mujeres.
¿Cómo diagnosticarla?
Para poder diagnosticar la apnea del sueño, la prueba de mayor fiabilidad es la POLISOMNOGRAFÍA, se debe realizar pasando una noche en un laboratorio de sueño, para monitorizar la función respiratoria durante el sueño (nivel de oxígeno en sangre, movimientos respiratorios, flujo de entrada y salida del aire), función cardiológica del sueño y calidad del sueño, entre otros valores. Sin esta prueba no se puede descartar la presencia de la apnea del sueño.
Tratamientos para las apneas del sueño
- Ya que los factores de riesgo relacionados con el ronquido son los mismos que en la apnea del sueño, las medidas higiénico dietéticas para la mejora del ronquido, también son eficientes en el tratamiento de la apnea del sueño, pero deben cumplirse de una manera más estricta que en el ronquido:
– Dejar de fumar o al menos reducir el consumo de tabaco.
– Evitar consumir bebidas alcohólicas a partir de las 18h.
– Perder peso
– Evitar el uso de sedantes y tranquilizantes (siempre que se haga un cambio en el tratamiento ha de consultarse con el médico prescriptor)
– Dormir de lado, evitando dormir boca arriba.
- El tratamiento de elección para la Apnea del sueño es la CPAP (Presión Aérea Positiva Continua) Se trata de un dispositivo que contiene una turbina que genera una corriente de aire (no de oxígeno) al girar, esta corriente de aire, pasa por una tabuladura conectada por un lado con el dispositivo y por otro con una mascarilla (nasal o buconasal, según prescripción médica) que colocada en el paciente asegurará una presión positiva en la vía aérea del paciente, impidiendo que colapse durante el sueño. La fuerza de esta presión generada, dependerá de cada paciente (varía según talla, peso y número de apneas). Es el tratamiento menos invasivo, más eficiente y de menor coste para la apnea del sueño. El 90% de los pacientes mejoran con la CPAP. Es importante subrayar que la CPAP no cura, solo protege de las apneas con su uso durante el sueño.
- En algunos pacientes, con Apnea leve y ciertas características anatómicas se podrá tratar con un dispositivo de avance mandibular: Férulas dentales colocadas en ambos maxilares, de forma que el maxilar superior obliga a avanzar al inferior, aumentando el espacio retrolingual para el paso del aire, indicado sólo en pacientes en los que esta maniobra aumenta el espacio de la vía aérea.
- Otra alternativa terapéutica para la apnea del sueño es la quirúrgica, para ello el paciente debe ser evaluado por un especialista de Otorrinolaringología que determinará la cirugía más adecuada en función de la anatomía de la vía a aérea del paciente. La cirugía más común es la Uvulofaringopalatoplastia, resección del paladar blando, en ocasiones complementada con otras técnicas. Solo del 30 al 50% de los pacientes tratados quirúrgicamente resuelve de forma definitiva la apnea del sueño. Siendo mayores los porcentajes de éxito en pacientes no obesos en los que claramente una anomalía en la anatomía de la vía aérea es la causante de las apneas.
En conclusión: Son muchas las alternativas terapéuticas para el tratamiento de la Apnea del Sueño, habrá que evaluar mediante un especialista cada caso de forma individualizada, sopesando siempre los pros y contras de cada tratamiento en cada caso.