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¿La falta de sueño engorda o es a la inversa?

21 junio 2021

Siempre será un inconveniente en nuestra calidad de vida el dormir de forma intranquila, y aunque no lo creamos es mucho más frecuente de lo que pensamos. Lamentablemente además de sentirnos cansados al levantarnos, el mal dormir, no sólo afecta nuestro desempeño diario sino que puede traer graves consecuencias y complicaciones, que en la mayoría de los casos no relacionamos con dicho problema entre los que se destaca la Obesidad

La obesidad siempre se ha asociado a la somnolencia. Desde siempre, se tiene la idea de que las personas obesas duermen más, tienen más facilidad para dormirse y su sueño es más intenso y prolongado. Por el contrario, la imagen del individuo delgado, activo y nervioso se asocia a un sueño más superficial, menos intenso y de menor duración.

Sin embargo, aunque esto ha sido demostrado de manera estadística, estas ideas están cambiando. Actualmente, se estudia en numerosos trabajos científicos la asociación que existe entre un número escaso de horas de sueño y la obesidad, dándole fuerza a interrogantes como: ¿La falta de sueño engorda o es a la inversa?

Es notorio actualmente  que diferentes trabajos y estudios en la literatura médica demuestran que aquellos que duermen menos de 5 horas cada noche, con el tiempo ganan más peso que aquellos que duermen más de siete horas, lo que nos refiere que existe una estrecha relación entre la calidad del sueño y nuestro peso.

Los expertos confirman que existen dos hormonas que intervienen de forma activa en la sensación de hambre en nuestro organismo: la Leptina y la Grelina. La primera, la Leptina, es producida por los adipocitos o células grasas y su liberación a la sangre indica que estos tienen un depósito suficiente de grasa y, por lo tanto, actúa como un inhibidor del hambre. Por su parte, la Grelina, es producida por el estómago cuando está vacío y su liberación estimula la sensación de hambre.

Pues bien, se ha demostrado que la privación de sueño, es decir, dormir poco o  de mala manera baja los niveles de Leptina y aumenta los niveles de Grelina.

Al disminuir los niveles de Leptina, que actúa como supresor del apetito, y elevar los niveles de Grelina, que lo estimula, se suman ambos efectos y el resultado es un aumento notable del hambre, de ingerir una alta cantidad de calorías y, por tanto, del riesgo a largo plazo de padecer Obesidad.

Al mantenerse los niveles de Leptina y no aumentar los niveles de Grelina, la sensación de hambre es menor en las personas que duermen más, controlan más fácilmente su apetito, mantienen mejor su peso y tienen menos tendencia a la obesidad.

Si tu objetivo es bajar peso y alejarte de la Obesidad, recuerda que, aunado a la dieta y el ejercicio físico, debes controlar las horas de sueño, ya que dormir poco o de mala manera, perjudica tus planes y dormir mucho y de manera descansada mejorará tus resultados.

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