Dormir estimula la capacidad de recordar cosas que creías olvidadas
El sueño saludable contribuye al trabajo de las sinapsis que intervienen en la selección de memorias
Diversos estudios dan cuenta de la relación entre el sueño y la memoria debido al proceso de sinapsis que se produce bajo este estado.
Para que el ser humano pueda aprender debe desarrollar conexiones o sinapsis entre las neuronas del cerebro. Estas conexiones permiten a las neuronas comunicarse de manera rápida y eficiente para que, entre otras cosas, guardemos nuestros recuerdos en estas redes.
Dormir saludablemente aporta bienestar físico y emocional pero también es necesario para “limpiar” las memorias que construimos durante el día a través de nuestras experiencias mientras estamos despiertos.
¿Dormimos para olvidar o para recordar? Sería la pregunta en cuestión.
Recientes investigaciones sobre el sueño han revelado que parte de los propósitos de dormir es rescatarnos del colapso, ya que se enciende una hormona responsable de seleccionar las experiencias que vamos a dejar en el backup de nuestra memoria y cuáles serán anuladas.
Sin embargo, un estudio del profesor de psicología Nicolas Dumay, de la Universidad de Exeter en el Reino Unido, demostró que la memoria declarativa responsable de almacenar o fijar información y conceptos con sus respectivos significados se refuerza durante el sueño.
El estudio evidencia que después de dormir somos capaces de recordar conceptos que no nos venían a la mente mientras estábamos despiertos o justo después de aprenderlos pero que ya estaban almacenados en la memoria.
Almacenamos contenido en el cerebro
A diario consumimos información a través de nuestros cinco sentidos por medio de experiencias, imágenes, conversaciones, sonidos, olores y emociones que constituyen una abultada lista de datos y contenidos que se están procesando en nuestro cerebro.
La tarea de las neuronas cerebrales es conectarse tejiendo redes, a este proceso lo conocemos como sinapsis. Para que todos estos datos se conviertan en recuerdos que permanezcan en el tiempo, las neuronas deben crear nuevas proteínas y es así como se guardan las memorias.
Pero ¿Cuáles memorias? ¿todo lo que vivimos a diario? No! Porque al igual que el CPU de un computador, el exceso de datos almacenados colapsaría y no tendríamos capacidad de aprender y guardar información nueva y realmente significativa por falta de espacio.
Explicado de forma más científica: todas las sinapsis serían fuertes e impedirían que se crearan otras, entonces no seríamos capaces de codificar más información.
Esta es una de las razones por las que se recomienda acondicionar la habitación donde dormimos de tal manera que el descanso sea profundo y exento de estímulos externos como luz y ruido.
Selección de recuerdos
Desde hace más de una década se han realizado estudios para determinar cómo es el proceso a través del cual actúa la sinapsis durante el sueño. Se le llama homeostasis sináptica.
Fue propuesta en 2003 por Chiara Cirelli, de la Universidad de Wisconsin-Madison, cuyo equipo se midió el tamaño de casi 7.000 sinapsis de ratones cuando estaban despiertos y dormidos.
Tras cuatro años de evaluación continua comprobaron que conexiones neuronales se encogen entre un 18% y 20% durante el sueño.
No obstante, fue Richard Huganir y su grupo de trabajo quienes por medio de investigaciones sobre la química del cerebro identificaron que la hormona Homer1a es la responsable de intervenir en las sinapsis para desechar esas memorias que no permanecerán.
El experimento consistió en inyectar moléculas fluorescentes en los ratones gracias a lo cual observó que las proteínas receptoras que se encargan de fortalecer las conexiones sinápticas, se alejan durante el sueño. Al no haber refuerzos que le impidan actuar, la hormona Homer1a actúa con “sus tijeras” los recuerdos de los que podemos prescindir.
¿Qué información se descarta mientras dormimos?
La teoría que sostienen los investigadores es que las sinapsis más grandes son aquellas que han estado por mucho tiempo como por ejemplo el nombre de tus padres o la fecha de tu cumpleaños, mientras que las experiencias más recientes poco significativas o que no estén vinculadas a algo relevante durante varios días, quedan para la eliminación.
También se establece que cuanto antes se duerme el individuo después de aprender o codificar un concepto, mejor lo retendrá en su cabeza.
Dentro del complejo análisis de lo que sucede en nuestro cerebro mientras dormimos, estas investigaciones ofrecen una visión más clara al hecho de que al despertar haya cosas que simplemente olvidamos.